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Internet submarino

Reparar uno de estos cables en la ciudad es sencillo, pues las empresas de telecomunicaciones acostumbran a disponer en zonas estratégicas, trozos extra de cableado para atender las contingencias que se puedan presentar. Pero reparar un cable interoceánico requiere del uso de tecnología y de comprensión de su funcionamiento; si un cable interoceánico se rompe, los ingenieros deberán calcular la ubicación precisa de la ruptura enviando una señal a través del cable, que al estar roto devolverá la señal a partir del punto de su avería, así que con el cálculo del tiempo que tardó dicho haz de luz en regresar y la velocidad a la que viaja dentro del cable, determinan la ubicación más o menos precisa de la ruptura.

Para hacer estas reparaciones, las empresas de telecomunicaciones que proveen este servicio tienen dispuestos buques en diferentes lugares del mundo, con personal técnico y robots que son sumergidos para recuperar el tramo del cable dañado, subirlo a bordo del buque donde se identifica la causa del daño, se repara, se realizan las pruebas para asegurarse que quedó en óptimas condiciones, y se vuelve a sumergir. 

Los costos de estas reparaciones son asumidos por las empresas de telecomunicaciones, que a su vez los trasladan a los usuarios finales de internet y servicios de telefonía; y aunque las reparaciones pueden costar millones de dólares, los costos de este servicio para el usuario final no son muy altos debido a que el material de fabricación no es muy costoso y existe un alto número de personas pagando por este servicio.

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