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Funcionamiento del ojo y la cámara

“Lo más importante no es la cámara, sino el ojo”. Alfred Eisenstaedt (1898-1995).

 

Es posible realizar una comparación entre el funcionamiento de la cámara fotográfica y el ojo humano debido a que varios de sus elementos realizan una función similar.

 

El objetivo fotográfico, constituido por un conjunto de lentes, ayuda a mejorar la nitidez y calidad de la imagen proyectada en su interior, enfocando la luz incidente en un único punto. El ojo cuenta con la córnea y el cristalino para conseguir este efecto.

 

La cantidad de luz que penetra en el interior de ambos sistemas es controlada por el diafragma en el caso de la cámara fotográfica y por la pupila en el caso del ojo, que se dilata o contrae, gracias a la acción muscular del iris, en función de la presencia de una menor o mayor cantidad de luz ambiente, respectivamente.

 

 

 

Como se ha explicado anteriormente la fijación de la imagen generada en el interior de la cámara fotográfica se realiza por la acción de la luz sobre un material fotosensible. El material sensible a la luz en el ojo corresponde a la retina, formada por células fotosensibles, en las que se produce una serie de cambios físico-químicos que transforman la señal lumínica en impulsos químicos y eléctricos que llegan al cerebro, a través del nervio óptico, para ser procesados.

 

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